(Fuente imagen: Telesur)
Ya va más de una semana de protesta popular en Ecuador, protagonizada por pueblos indígenas y la clase trabajadora de dicho país. Este conflicto, que se ha ido agudizando cada vez más, surge en rechazo al “paquetazo” impulsado por el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, quien tomó una serie de medidas económicas para afrontar la crisis política y económica.
En resumen, la fórmula es el recorte de gasto público para la obtención de créditos por más de US$4.209.000.000, medida tomada en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este paquete se expresa en acciones tales como el aumento del precio de los combustibles en más de un 120%, especulación en el precio de alimentos, aumento del precio del pasaje de transporte público urbano, la privatización de los sectores estratégicos, “reforma” laboral, modificaciones al estatuto del Banco Central y medidas para “equilibrar” las cuentas públicas, entre ellas despedir a 23 mil funcionarios, sumados a decenas de miles que ya habían corrido igual suerte. Todo esto para aminorar una crisis, contradiciendo medidas previas que tomó Moreno como perdonar multas e intereses de más de 4.500 millones de dólares a los grandes grupos económicos, lo que desfinanció al Estado y condujo al aumento del desempleo, de la pobreza y la pobreza extrema.
Queda en evidencia que la administración política y económica de Lenín Moreno es servil a los intereses de los dueños del mundo, es decir, a las grandes transnacionales y dueños de bancos mundiales, a ese reducido grupo de ricos que, desde los países imperialistas, controlan a los países empobrecidos de América Latina.
Ecuador, Chile y demás países de la región seguimos siendo colonias de las potencias mundiales que nos imponen su lógica de ganancia capitalistas, potencias mundiales que se enriquecen explotando a nuestro pueblo, con la precarización laboral de la clase trabajadora, con la opresión de los pueblos indígenas, con la doble explotación de la mujer trabajadora.
Lo que sucede en Ecuador es la expresión de un pueblo que se levanta ante la injusticia, que decide rebelarse contra un sistema brutal que no reconoce seres humanos, sino objetos y mercancías transables en el mercado.
Luego de una de las más grandes jornadas de protesta popular, Ecuador amanece el 10 de octubre con un saldo de bestial represión. 5 muertos, 95 heridos graves, más de 500 heridos leves, 85 desaparecidos, más de 800 detenidos, 57 periodistas agredidos por la policía, 13 periodistas encarcelados, 9 medios de comunicación intervenidos, 26 políticos apresados, radio Pichincha Universal clausurada.
Ante esta situación, la solidaridad se hace urgente, debemos hacer carne el internacionalismo proletario, y no olvidar que la intromisión imperialista que sufre el pueblo hermano ecuatoriano también hoy lo vivimos las y los chilenos, al igual que Venezuela, Argentina, Brasil, y, por tanto, es una lucha común contra la dictadura del capital. A romper el cerco mediático, a ejercer solidaridad por la justa lucha de la clase trabajadora y los pueblos oprimidos.