Nuestra Central, reconoce y promueve el derecho de los trabajadores a tener opinión y pronunciarse sobre todos los temas que les afectan en su condición de ciudadanos y trabajadores. Dicho pronunciamiento debe ser sobre la base de la mayor información respecto del tema o los temas en discusión y provenir de cada organización afiliada a la Central, teniendo siempre presente los documentos fundacionales de ésta. En este ejercicio, podremos coincidir o marcar diferencias, pero nos jugaremos por no romper ni lesionar la unidad que construimos día a día.

Por lo anterior y ante la convocatoria a un Plebiscito en el que la ciudadanía debe pronunciarse por la posibilidad de que se elabore una nueva Constitución, así como el instrumento que la redactará, creemos necesario hacer  un  llamado a los trabajadores – organizados y no organizados – para que se pertrechen de todos los elementos que les permitan tomar una resolución y, en esa dirección, expresar o no su opinión en las urnas el próximo 25 de octubre, teniendo claro que dicha acción no implica ni significa la consumación de un proceso y la instalación de nuevas condiciones de vida para la mayoría de la población.

Como Central Clasista queremos decir enfáticamente que el proceso que se anuncia, no apunta a la construcción de una Constitución que represente el sentir de los millones de ciudadanos lesionados gravemente por el control sin límites del capital.

Las Constituciones, en palabras simples, pueden definirse como la ley suprema que establece los derechos y garantías fundamentales de los habitantes de una nación. No obstante, y como las mismas son elaboradas por quienes detentan el poder, estás tienden a representar los intereses y garantías de la minoría dominante.

Nuestro país no es la excepción a esta regla, por lo mismo, las Constituciones que nos han regido no han representado los derechos y garantías de TODOS los habitantes de la nación, sino solo aquellos de la minoría en el poder.

Todo el Pacto suscrito entre gallos y medianoche por los representantes del capital hace algunos meses, ya sean gobierno u oposición, apunta a seguir desconociendo las demandas más urgentes de la mayoría de la población, con el fin de mantener vigentes sus privilegios.

Quienes luchamos por los derechos de nuestro pueblo, aspiramos a una Constitución que reconozca derechos irrenunciables de la ciudadanía, como, por ejemplo:

• “Todos los habitantes del país tendrán asegurada la atención de salud preventiva y curativa desde que nacen y hasta que mueren”.

• “Él Estado será el dueño absoluto de todas las riquezas naturales, minerales, ll a electricidad, comunicaciones y ninguno de los habitantes del país podrá ser privado de ellas en ninguna de las formas”.

• “Todos los habitantes de la nación tendrán derecho, en la etapa posterior a su jubilación, a una pensión digna y suficiente que le permita satisfacer el conjunto de sus necesidades.

Mientras la Constitución del país no reconozca a cabalidad estos y otros derechos, deberemos seguir luchando por ellos.

Los Trabajadores, trabajadoras y todo el pueblo, deben tener en claro que se requieren cambios de fondo para que sus demandas más sentidas se hagan realidad y que dichos cambios no se producirán en este proceso al que se está llamando a participar a la población.

Es por ello que nuestra Central, respetando y valorando la posición que los trabajadores puedan tomar el próximo 25 de octubre, ratifica y reitera la plena vigencia de su Plataforma de Lucha, instrumento que recoge las aspiraciones más sentidas de nuestro pueblo.

Una nueva Constitución y las leyes que a futuro se dicten, debe también reconocer:

• El derecho a la negociación por rama,
• A jornadas de trabajo de 40 horas continuas,
• A indemnización por años de servicio sin tope,
• La eliminación de toda norma que promueva o proteja el patriarcado y la discriminación entre hombres y mujeres.

Valoramos y valoraremos las decisiones de los trabajadores, cuando estas son fruto de la discusión y la conversación colectiva. Por lo mismo, en este tiempo de decisiones y resoluciones, les invitamos a pensar en la sociedad a la que aspiramos para nuestras familias y el conjunto de la población.

Los trabajadores deben estar totalmente conscientes de que el capital y sus servidores no les entregaran por gracia aquello que se requiere para una vida digna y justa. Tal posibilidad -que viene siendo enunciada desde los albores de la construcción de la Republica- radica en la organización y en la toma de conciencia del rol que jugamos dentro de la sociedad en la que vivimos, por lo que nuestro mayor afán es seguir trabajando por dotarnos de una poderosa organización clasista que construya la Constitución y las leyes que permitan al pueblo vivir en dignidad y sin sumisión alguna.

DIRECTORIO NACIONAL

 

CENTRAL CLASISTA DE TRABAJADORAS Y TRABAJADORES