Desde hace algún tiempo y al calor de la solidaridad  y la participación en luchas comunes, hemos venido desarrollando un proceso de encuentro entre diferentes organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, de mujeres, pobladores y pobladoras, pueblos originarios, que identificamos que la histórica necesidad de levantar una organización que sea capaz de aportar a la unidad y a la lucha desde un referente de articulación popular hoy se hace urgente.

Atravesamos un momento histórico, que se enmarca desde hace unos años con el resurgimiento de las movilizaciones hasta el presente que estalla un alzamiento popular producto de décadas de abuso, atropellos, desigualdad, opresión  y explotación. Décadas en que la clase en el poder se ha burlado del pueblo con corrupción, colusión, cohecho y financiamiento empresarial a políticos/as del bloque en el poder. Y décadas en que hemos presenciado como diferentes partidos políticos del poder o al servicio de sus intereses, se han adjudicado la representatividad de las luchas del pueblo, desde el oportunismo poniéndose del lado del pueblo cuando conviene, pero apuñalando por la espalda cuando  tienen mejores condiciones en su lucha interna entre quienes gobiernan.

Este levantamiento que nace del descontento y se vuelca a las calles, si bien fue espontáneo, también responde  a un acumulado de experiencia de lucha que en distintos momentos se han ido levantando, así nos dieron el ejemplo las y los estudiantes desde el año 2006 en adelante por el fin al lucro en la educación, los trabajadores forestales por condiciones laborales dignas y los mineros contra el subcontrato, las mujeres trabajadoras contra la doble explotación, los pueblos contra el saqueo de la naturaleza, la lucha contra las AFP y el pueblo hermano mapuche por su autonomía y autodeterminación.

Las organizaciones que venimos desde hace tiempo reconstruyéndonos como pueblo y clase organizada nos planteamos que una de las principales necesidades para la actualidad es constituir una fuerza propia, desde las bases populares, que identifique con claridad cuál es la raíz de sus problemas. Hemos dado inicio a un proceso de organización, basada en la lucha como práctica política concreta, de democracia directa, que ejerce la solidaridad de clase y que se declara anticapitalista y antipatriarcal. Las diferentes organizaciones que hoy nos convocamos hemos decidido dar el paso hacia una articulación política y social que nos encamine hacia la construcción de una nueva sociedad, estamos convencidos y convencidas de que este es el camino, y no los falsos pactos sociales elaborados en las cocinas del poder, entre quienes ya sabemos que nunca han estado ni estarán con los intereses de las y los trabajadores y el pueblo.

Rechazamos el falso pacto social y su proceso de institucionalización de la lucha de masas, las demandas sentidas por nuestro pueblo, como el sueldo mínimo, las pensiones, la salud, educación, vivienda, no se solucionan maquillando la Constitución. No debemos abandonar la lucha por nuestros derechos sociales básicos, debemos seguir defendiéndolos con lucha en la calle, en los territorios, centros estudiantiles y laborales. El pueblo ha instalado una serie de demandas que deben tener solución ahora, por ello se hace urgente mantener la movilización y consolidar la organización popular.

Desde abajo iremos, con convicción y real protagonismo de las masas en lucha, construyendo un efectiva y potente alternativa, que debe forjarse en la solidaridad activa, en el respeto a las identidades de las diferentes organizaciones, en el deber de representar a la clase y a los pueblos en lucha, a todos y todas las oprimidas, construirnos a nivel de todo el país.

Convocamos a todas las organizaciones que tienen la voluntad de articular una lucha anticapitalista y antipatriarcal a sumarse a este naciente referente, con el único objetivo de avanzar en unidad y lucha desde y para nuestra clase.

¡NUESTRO CAMINO ES LA CONSTRUCCIÓN DE LA FUERZA PROPIA DE LA CLASE TRABAJADORA Y EL PUEBLO!

Chile, 16 de Noviembre de 2019